Te miro mientras duermes, sumido en sueño más profundo que alguna que otra vez te vence.
Acaricio tus mejillas mientras una sonrisa se dibuja en mi cara casi sin pensarlo.
No te despiertas ni por casualidad, sigo explorando.
Beso tu frente con cuidado, y sigo en mi trabajo de mirarte.
Pareces un ángel dormido en mi cama, que se olvidó de ponerse sus alas la noche anterior.
Tapo la parte izquierda de tu cuerpo que está descubierta, suponiendo que tienes frío.
Y así, imagino...Qué lindo sería que estas cosas pasen todos los días.
Sería muy afortunada si te tengo día y noche secuestrado sin que te muevas ni un metro lejos de mí.
Unos rayos de sol se asoman por la ventana y ruego a Dios que no despiertes.
Te ves tan hermoso acostado descansando que no quiero interrumpir tu sueño.
Acaricio tu pelo, beso tus ojos, tu boca.
La felicidad en persona se encuentra esta mañana en mi cama.
Al tenerte tan cerca me siento más viva que nunca.
Todos mis problemas del día anterior se alejaron y hoy se nublan, apenas se ven.
El día trajo consigo el más inolvidable de mis momentos a tu lado.
Si tan sólo pudiera robarte más tiempo del que me das en estos momentos.
Si tan sólo te viera más seguido y compartiéramos más cosas juntos,
estoy segura que daría hasta lo que no tengo por hacerte feliz.
Te daría todo mi tiempo, mi dedicación, mi vida. Toda tuya.
En ese instante despiertas y me miras a los ojos.
Despierto o dormido, qué más da, eres hermoso igual.
Me das un beso que jamás voy a olvidar.
El perfume que llevabas puesto quedó impregnado entre mis ropas, en mi cama, en mis cosas.
Cada segundo que pasó mi memoria lo guardó con total precisión.
De pronto, te desvaneces. No entiendo lo que pasa.
No te vayas, te necesito, necesito más tiempo.
Desapareces, y mi desilusión es más grande que todos los soles juntos.
Una lágrima cae de mis ojos, se escapa sin querer.
Mientras intento calmarme, me doy cuenta que no puedo.
¿Te perdí? ¿Qué pasó? ¿Por qué te fuiste de mi lado?
Un dolor profundo se inserta en mi garganta, matándome.
Se me dificulta respirar y no puedo controlar mis lágrimas.
Cuando todo está perdido, despierto.
Sí, era un sueño. Nunca estuviste a mi lado.
Ni la noche anterior, ni el día, ni en mi cama, ni en mi habitación.
No, no estuviste.
Me calmo y miro tu foto.
¡Ay, cuánto te extraño!
Me levanto y pienso, hoy será un gran día.
Con el simple hecho de soñarte, sentirte cerca, haces que mi día sea mejor.
Copyright © Pam·#
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