- No tienes mucho músculo - dice - lo que significa que es mejor que uses rodillas y codos. Puedes poner más detrás de ellos.
De pronto presiona una mano en mi estómago. Sus dedos son tan largos que, aunque el talón de su mano toca una parte de mi caja torácica, las yemas de sus dedos tocan la del otro lado. Mi corazón late tan fuerte que mi pecho duele, y lo miro fijamente con los ojos abiertos.
- Nunca te olvides de mantener la tensión aquí - dice en voz baja.
Cuatro saca la mano y sigue caminando. Siento la presión de la palma de su mano, incluso después de que haya desaparecido. Es extraño, pero tengo que parar y respirar unos segundos antes de poder seguir practicando nuevamente."
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