jueves, 17 de julio de 2014

H&G

Abrí la puerta. Augustus llevaba un traje negro de solapas estrechas, perfectamente a la medida, con una camisa azul claro y una corbata fina de color negro. De un extremo de su boca seria colgaba un cigarrillo.
- Hazel Grace, estás preciosa - me dijo


- Yo... - balbuceé.
Pensaba que el resto de la frase surgiría del aire que atravesaba mis cuerdas vocales, pero no fue así.
- Me siento casi desnuda - dije por fin.
- No seas anticuada - me dijo sonriéndome desde su altura.

(...)
Augustus tomó su copa y la alzó. Yo tomé la mía, aunque nunca había bebido más que algún sorbo de la cerveza de mi padre.
- Okay - me dijo.
- Okay - le respondí.


Chocamos las copas y di un sorbo. Las diminutas burbujas se fundieron en mi boca y tomaron rumbo al norte, hacia el cerebro. Era dulce, crujiente y delicioso.
- Está buenísimo - dije - nunca había bebido champán.
Apareció un jóven camarero robusto de pelo rubio ondulado. Era quizás más alto que Augustus. 
- ¿Saben lo que dijo Don Pérignon después de inventar el champán? - nos preguntó con un bonito acento.
- No - le contesté.
- Gritó a sus compañeros monjes: "Venid corriendo. Estoy degustando las estrellas". Bienvenidos a Amsterdam. ¿Quieren que le traiga la carta o prefieren el menú del chef?
Miré a Augustus que me devolvió la mirada.
- El menú del chef suena muy bien, pero Hazel es vegetariana.
Se lo había dicho a Augustus solo una vez, el día en que nos conocimos.
- No hay problema - dijo el camarero.
- Fantástico. ¿Y puede traernos más de esto? - le preguntó Augustus señalando el champán.
- Por supuesto - le contestó el camarero - Esta noche hemos embotellado todas las estrellas, jovencitos. ¡Ay, el confeti! - exclamó apartando delicadamente una semilla de mi hombro desnudo.- Hacía años que no había tanto. Está por todas partes. Es muy molesto.
El camarero desapareció. Observamos el confeti descendiendo del cielo, saltando por el suelo empujado por la brisa y cayendo al canal.
- Cuesta creer que a alguien pueda parecerle molesto - comentó Augustus.
- La gente se acostumbra a la belleza.
- Pues yo todavía no me he acostumbrado a ti - me contestó sonriendo.
Sentí que me ruborizaba.
- Gracias por venir a Amsterdam - me dijo.
- Gracias por dejar que te robara el deseo - le dije yo.
- Gracias por llevar ese vestido. Es... ¡guau!
Sacudí la cabeza e intenté no sonreir. No quería ser una granada. Pero estaba claro que Augustus sabía lo que hacía, y quería hacerlo.

I'm in love with you ♥

- Lástima. Tenía ganas de poesía. ¿No te sabes ningún poema de memoria?
- "Vamos entonces tú y yo" - empecé nerviosa - "cuando el atardecer se extiende contra el cielo / como un paciente anestesiado sobre una mesa"
- Más despacio - me dijo.
Me daba verguenza, como la primera vez que le hablé de Un dolor imperial.
- Okay, okay. " Vamos, por ciertas calles medio abandonadas, / los mascullantes retiros / de noches inquietantes en baratos hoteles de una noche / y restaurantes con serrín y conchas de ostras: / calles que siguen como una aburrida discusión / con intención insidiosa / de llevarnos a una pregunta abrumadora... / Ah, no preguntes "¿Qué es eso?". / Vamos a hacer nuestra visita"
- Estoy enamorado de ti - me dijo en voz baja.
- Augustus - dije yo.
- Lo estoy.
Me miraba fijamente, y yo veía cómo se le arrugaban las comisuras de los ojos.
- Estoy enamorado de ti, y no tengo ganas de privarme del sencillo placer de decir la verdad. Estoy enamorado de ti y sé que el amor es sólo un grito en el vacío, que es inevitable el olvido, que estamos todos condenados y que llegará el día en que nuestros esfuerzos volverán al polvo. Y sé que el sol engullirá la única tierra que vamos a tener, y estoy enamorado de ti.
- Augustus - repetí.
No sabía qué decir. Sentía como si todo en mí se elevara, como si me ahogara en una alegría extrañamente dolorosa, pero no pude decirle que también yo estaba enamorada de él. No pude responderle nada. Simplemente lo miré y dejé que me mirara hasta que sacudió la cabeza, con los labios fruncidos, se giró y se apoyó contra la ventana.

miércoles, 16 de julio de 2014

H&G

Oí abrirse la puerta corredera de vidrio detrás de mí. Me di vuelta. Era Augustus, que tenía unos pantalones caqui y una camisa a cuadros de manga corta. Me sequé la cara con la manga y sonreí.
- Hola - le dije.
Tardó un segundo en sentarse en el suelo a mi lado e hizo una mueca cuando se cayó de culo con poca gracia.
- Hola - me contestó por fin.
Lo miré. Él miraba el patio.
- Ahora lo entiendo - añadió al tiempo que me pasaba un brazo por encima de los hombros - son unas hamacas tristes de mierda.
Le di un golpecito en el hombro con la cabeza.
- Gracias por venir.
- Ya ves que intentar mantener las distancias conmigo no va a cambiar mis sentimientos.
- Lo imagino - le contesté.
- Todos tus esfuerzos por salvarme de ti fracasarán.
- ¿Por qué? ¿Por qué aun así te gustaría? ¿No has tenido ya bastante? - le pregunté.
Pensaba en Caroline Mathers.
Gus no me contestó. Me agarró con fuerza el brazo izquierdo.
- Vamos a hacer algo con las putas hamacas - me dijo - te aseguro que son el noventa por ciento del problema.
Cuando ya me hube recuperado, entramos y nos sentamos en el sofá cada uno al lado del otro, con la mitad de la laptop apoyada en su rodilla y la otra mitad en la mía.
- Qué caliente - dije al sentir la base del ordenador.
- Por fin - me contestó sonriendo.
Gus cargó la página Llévatelo Gratis y escribimos juntos un aviso.
- ¿Título? - me preguntó.
- Hamacas buscan hogar - le contesté.
- Hamacas desesperadamente solas buscan un hogar feliz - dijo él.
- Hamacas solitarias, vagamente apedofiladas, buscan culos de niños - dije yo.
Se rió.
- Es eso.
- ¿Qué?
- Lo que me gusta de ti. ¿Eres consciente de lo difícil que es conocer a una chica que inventa un participio del adjetivo "pedófilo"? Estás tan ocupada siento tú que no tienes ni idea de lo absolutamente original que eres.
Respiré hondo por la nariz. Nunca había suficiente aire en el mundo, pero su escasez era especialmente aguda en aquel momento,
(...)
Después encendimos un rato la tele, pero no encontramos nada que nos interesara, así que tomé "Un dolor imperial" de la mesita de noche, lo llevé al comedor y Augustus Waters leyó en voz alta para mí mientras mi madre, que estaba haciendo la comida, escuchaba.
- "El ojo de cristal de la madre miró dentro de sí" - empezó a leer Augustus.
Mientras leía, sentí que me enamoraba de él como cuando sientes que estás quedándote dormida: primero lentamente y de repente de golpe.

Hazel+Gus




-Sí. Me voy a dormir. Es casi la una.
-Okay - le contesté.
-Okay- me respondió.
Me dio la risa tonta y repetí "Okay". La línea se quedó en silencio, pero no se cortó. Casi sentía que estaba en la habitación conmigo, pero mejor, porque ni yo estaba en mi habitación ni él en la suya, sino que estábamos juntos en algún lugar invisible e indeterminado al que solo podía llegarse por teléfono.
- Okay - dijo después de una eternidad - Quizás "Okay" se convierta en nuestro "Siempre".
-Okay - añadí.
Al final colgó Augustus.

Gus


-Augustus, quizás te gustaría compartir tus miedos con el grupo.
-¿Mis miedos?
 - Sí
- Me da miedo el olvido.

Hazel/Gus



 Un chico me miraba fijamente. 
Estaba segura que no lo había visto antes. Como era alto y musculoso, la silla de plástico en la que estaba sentado parecía de juguete. Tenía el pelo color caoba, liso y corto. Parecía de mi edad, quizás un año más, y había pegado el culo al fondo de la silla, en una postura lamentable, con una mano medio metida en un bolsillo de sus jeans oscuros. 
Miré hacia otro lado, porque de pronto fui consciente de la cantidad infinita de imperfecciones. Tenía unos jeans viejos que alguna vez habían sido ajustados, pero que ahora me colgaban por todas partes, y una remera amarilla de un grupo de música que ya no me gustaba. En cuanto al pelo, lo llevaba cortado a lo paje, y ni siquiera me había molestado en cepillármelo. Además tenía los cachetes ridículamente inflados, como una ardilla, un efecto colateral del tratamiento. Parecía una persona de proporciones normales con un globo por cabeza. Eso por no hablar de los tobillos hinchados. Pero le lancé una mirada rápida y vi que sus ojos seguían clavados en mí.
Me pregunté por qué la gente lo llamaba "contacto" visual.
Me dirigí a la ronda y me senté al lado de Isaac, a dos sillas de distancia del chico. Volví a echar un vistazo, y seguía mirándome.
Les digo una cosa: estaba buenísimo. Si un chico que no está bueno te mira de arriba a abajo, en el mejor de los casos te sientes incómoda, y en el peor, agredida. Pero un chico que está bueno... en fin.
El chico seguía mirándome. Sentí que me ruborizaba.
Al final decidí que la mejor estrategia era mirarlo a él. Al fin y al cabo, los chicos no tienen el monopolio de las miradas. Así que lo observé detenidamente mientras Patrick comentaba por enésima vez que era impotente, etc, y enseguida la cosa se convirtió en una competición de miradas. Al rato el chico sonrió y desvió por fin sus ojos azules. Cuando volvió a mirarme, alcé las cejas para darle a entender que yo había ganado.

domingo, 13 de julio de 2014

Divergent ♥

- Casi mueres hoy - dice él - casi te disparo. ¿Por qué no me disparaste, Tris?
- No podía hacer eso - le digo - Hubiese sido como dispararme a mí misma.
Él se ve afligido y se inclina más hacia mí, de modo que sus labios rozan los míos cuando habla.
- Tengo algo que decirte- dice.
Paso mis dedos a lo largo de los tendones de su mano y lo miro.
- Puede que esté enamorado de ti - sonríe un poco - aunque, estoy esperando hasta estar seguro para decírtelo.
- Eso es sensible de tu parte- digo, sonriendo también -. Debemos encontrar un pedazo de papel para que puedas hacer una lista. o un gráfico, o algo.
Siento su risa en mi rostro, su nariz deslizándose a lo largo de mi mandíbula, sus labios presionándose detrás de mi oído.
- Tal vez ya estoy seguro - dice -, y simplemente no quiero asustarte.
Me río un poco - Entonces deberías saberlo mejor.
- Bien - dice él - entonces, te amo.
Lo beso mientras el tren se desliza dentro de una apagada e incierta tierra.




Somos como los Sin Facción ahora. No sé cómo será la vida ahora, separados de una Facción, se siente como estar desconectado, como la hoja separada del árbol que le da sustento. Somos criaturas de lo perdido; hemos dejado todo atrás. No tengo casa, no tengo un camino, y ninguna certeza.
Ya no soy más Tris, la egoísta, o Tris, la valiente. Supongo que ahora, tengo que ser cualquiera de las dos.



La gente se amontona en el vagón a mi alrededor, por lo que estamos en cuatro filas, hombro a hombro.




Y entonces ocurre algo peculiar: unos dedos se entrelazan con los míos, y una palma se presiona con mi palma. Tobías, sujetando mi mano.
Mi cuerpo entero se llena de energía. Aprieto su mano, y él me aprieta de regreso. Está despierto. Y estaba en lo cierto.



Quiero verlo, pero me obligo a permanecer quita y mantener los ojos adelante cuando el tren empieza a moverse. Él mueve su pulgar en un círculo lento en la palma de mi mano. Con la intención de consolarme, pero me frustra en su lugar. Tengo que hablar con él. Tengo que mirarlo.

Four/Six

Él se voltea hacia mí. Quiero tocarlo, pero tengo miedo de su desnudez, miedo de que él me haga desnudar también.
-¿Esto te está asustando, Tris?
-No -grazno, aclaro mi garganta- no realmente. Sólo... tengo miedo de lo que deseo.
-¿Lo que tú deseas?- luego su cara de tensa- ¿Yo?
Lentamente asiento.
Él asiente también y toma mis manos en las suyas gentilmente. Guía mis palmas hacia su estómago. 
Su mirada baja, empuja hacia arriba mis manos, sobre su abdomen y sobre su pecho, y las sostiene contra su cuello. Mis palmas sienten un hormigueo con la sensación de su piel, suave, caliente.
-Algún día...-dice- si tú aún me deseas, nosotros podemos...-se detiene, aclara su garganta- nosotros podemos...
Le sonrío un poco y envuelvo mis brazos alrededor de él antes de que termine, presionando un lado de mi cara contra su pecho. Siento el latido de su corazón contra mi mejilla, tan rápido como el mío.
-¿También me tienes miedo, Tobias?
-Aterrado - replica con una sonrisa.
Volteo y beso el hueco debajo de su cuello.
-Tal vez tú ya no estarás en la visión de mi miedo- murmuro.
Él flexiona su cabeza y me besa lentamente.
-Entonces todo el mundo podría llamarte Seis.
-Cuatro y Seis- digo.
Él me besa de nuevo, y esta vez, se siente familiar. Sé exactamente como encajamos juntos, su brazo alrededor de mi cintura, mis manos en su pecho, la presión de sus labios sobre los míos. Nos tenemos memorizados el uno al otro.

sábado, 12 de julio de 2014

FOUR&TRIS

Cuando él me tocasiento como si cada lugar donde su piel se encuentra con la mía cambia por la conexión. Envía un estremecimiento a través de mi estómago. No sólo miedo, algo más también. Un querer...
Él arranca la esquina de la  venda. Sus ojos vagan por el símbolo de Abnegación y sonríe.
-Tengo el mismo - dice, riendo - en mi espalda
- ¿En verdad? ¿Puedo verlo?
Él presiona la venda sobre el tatuaje y tira de la blusa por encima de mi hombro.
- ¿Estás pidiendo que me desvista, Tris?
Una risa nerviosa borbotea de mi garganta.
- Sólo... parcialmente.
Él asiente, su sonrisa repentinamente desvaneciéndose. Levanta su mirada hacia la mía y abre su sudadera. Se desliza de sus hombros y la lanza hacia la silla del escritorio. No me dan ganas de reír ahora. Todo lo que puedo hacer es mirarlo.
Sus cejas atraídas hacia el centro de su frente y agarra el dobladillo de su camiseta.
En un rápido movimiento, la tira por encima de su cabeza.
Un pedazo de flamas de Intrepidez cubre su lado derecho, pero aparte de eso, su pecho está sin marcas. Él aparta la mirada.
-¿Qué es? - pregunto, frunciendo el ceño. Él se ve... incómodo.
- No invito a varias personas para que me miren - dice- nadie, en realidad.
- No puedo imaginar la razón - digo suavemente- quiero decir, mírate.
Camino lentamente alrededor de él.
En su espalda hay más tinta que piel. El símbolo de cada facción está dibujado ahí; Intrepidez en la parte superior de su espalda, Abnegación justo debajo y las otras tres, más  pequeñas, debajo de ellas- Por unos pocos segundos miro las balanzas que representan sinceridad, el ojo que simboliza a Sabiduría y el árbol que simboliza a Concordia.

viernes, 11 de julio de 2014

Divergente

"-Basta
Cuatro da vuelta al cuchillo en su mano, sus dedos se mueven laboriosamente sobre el borde del metal. Él me da una mirada tan dura que siento como si me estuviera convirtiendo en piedra. Sé por qué. Soy una estúpida por hablar mientras que Eric está aquí; soy estúpida por hablar en absoluto. (No quiero que Eric se gire contra ella. La miro fijamente como si eso la va a hacer pensar dos veces. Sé que no lo hará. No soy tan estúpido)
- Cualquier idiota puede pararse frente a un objetivo - le digo - Esto no prueba nada, excepto que nos están intimidando, que, si mal no recuerdo, es un signo de cobardía.
(Brutos de Osadía, bravucones, niños de bajo nivel, eso es lo que somos, bajo los tatuajes y los piercings y la ropa negra. Quizás si soy tan estúpido. Tengo que dejar de pensar en ella de esa manera)
- Entonces, debe ser fácil para ti - dice Eric - si estás dispuesta a tomar su lugar. (Y luego sus ojos se mueven hacia los míos, por un segundo. Es como si él supiera, él sabe que siento algo por ella, así que él me obligará a lanzarle cuchillos. Por un instante, no más que un instante, pienso en lanzarle cuchillos a él, en cambio. Podría darle en el brazo, o en la pierna, sin hacer daño...)
-Ahí va tu cara bonita - murmura Peter - Oh, espera, no tienes una. (Apenas registro el comentario. Estoy muy ocupado observándola)
Puedo recuperar el equilibrio al caminar hacia Al. Él asiente hacia mí. Trato de sonreír alentadora, pero no puedo manejarlo. Estoy parada enfrente del tablero, y mi cabeza ni siquiera llegar al centro del blanco, pero no importa. Miro a los cuchillos de Cuatro: uno en la mano derecha, dos en la mano izquierda. (Se para con su espalda contra el tablero. El tope de su cabeza roza el final del centro del blanco. Así que levanta el mentón y me mira con esa terqueza de Abnegación que conozco tan bien. Quizás los haya abandonado, pero ellos son lo que la mantienen fuerte. No puedo decirle que todo estará bien, no con Eric aquí, pero puedo tratar de hacerla más fuerte)
Mi garganta está seca. Trato de tragar y luego ver a Cuatro. Él nunca es descuidado. Él no me va a golpear. Voy a estar bien.
Levanto el mentón. No me inmuto. Si me acobardo, le pruebo a Eric que no es tan fácil como yo dije que era: pruebo que soy una cobarde.
-Si te acobardas - dice Cuatro, despacio, con cuidado - Al ocupa tu lugar, ¿entendido? (Eric se para un poco muy cerca, golpeando su pie contra el suelo. Tengo que acertar esto. No puedo tirar el cuchillo a la punta del tablero, porque él sabe que puedo darle al centro. Pero un tiro torpe, un centímetro en cualquier dirección, podría herirla. Ahí va tu cara bonita. Pero Peter está en lo correcto, ella no es bonita, esa palabra es muy pequeña. Ella no es como el resto de las chicas que solía mirar, todas con curvas y suavidad. Ella es pequeña, pero fuerte, y sus fuertes ojos demandan atención. Mirarla es como despertar.)
Asiento.
Los ojos de Cuatro todavía están en los míos cuando levanta la mano, pone el codo hacia atrás y tira el cuchillo. Es sólo un instante en el aire, y luego escucho un ruido sordo. El cuchillo se entierra en el tablero, a centímetros de mi mejilla. Cierro los ojos. Gracias a Dios. (Lanzo el cuchillo, manteniendo mis ojos en los de ella. Se pega en el tablero, cerca de su mejilla. Mis manos tiemblan con alivio. Sus ojos se cierran, así que sé que tengo que recordarle de nuevo su desinterés)
- ¿Estás cerca de terminar, Estirada? - pregunta Cuatro (Estirada. Por eso eres fuerte, ¿lo entiendes?)
Recuerdo los ojos de Al y sus tranquilos sollozos por la noche y niego con la cabeza - No. (Ella luce enojada)
- Ojos abiertos, entonces - Él golpea el espacio entre las cejas. (Realmente no necesito tener mis ojos sobre los de ella, pero me siento mejor así. Respiro el olor de polvo, sudor y metal y paso el cuchillo de mi mano izquierda a la derecha. Eric a centímetros más cerca. Mi vista de la habitación se estrecha alreedor de la parte de su cabello, y lanzo cuando exhalo. Escucho a Eric detrás de mí - Ummm - es todo lo que dice.)
Lo miro, presionando mis manos a los costados para que nadie pueda verlas temblar. Él pasa un cuchillo de su mano izquierda a su mano derecha, y no veo nada más que sus ojos mientras el segundo cuchillo da en el blanco sobre mi cabeza. Este está más cerca que el anterior, se siente como se cierne sobre mi cabeza.
- Vamos, Estirada - dice él - Vamos a dejar a alguien más pararse allí y tomarlo.
¿Por qué está tratando de incitarme a renunciar? ¿Quiere que yo falle?
- ¡Cállate,  Cuatro! (Y quiero gritarle que estoy tan frustrado como ella, con un buitre de Sabiduría analizando cada uno de mis movimientos, buscando mis puntos débiles para poder golpearlos tan fuerte como pueda. Escucho ese "Ummm" de nuevo y no estoy seguro si fue Eric o mi imaginación, pero sé que tengo que convencerlo que ella es sólo otra iniciada para mí, y tengo que hacerlo ahora. Tomo una bocanada de aire, y tomo una decisión rápida, mirando la punta de su oreja, el cartílago que sana rápido. El miedo no existe. Mi corazón latiendo, pecho ajustado, y palmas sudorosas no existen. Lanzo el cuchillo y desvío la mirada cuando hace una mueca por el dolor, demasiado aliviado para sentirme mal por herirla. Lo hice.)
Aguanto la respiración mientras él pone el cuchillo por última vez en su mano. Veo un brillo en sus ojos mientras tira el brazo hacia atrás y deja al cuchillo volar. Viene directamente a mí, girando, hoja sobre el mango. Mi cuerpo se pone rígido. Esta vez, cuando llega al blanco, me arde la oreja, y la sangre me hace cosquillas en la piel. Me tocó la oreja. Me cortó.
Y a juzgar por la mirada que me da, lo hizo a propósito.
- Me encantaría quedarme y ver si el resto de ustedes es tan atrevido como ella - dice Eric, su voz suave, pero creo que es suficiente por hoy. (Luego me susurra -Bueno. Eso debería asustarlos, eh-. Pienso, espero, que eso signifique que ya no sospecha de mí)
Me aprieta el hombro. Sus dedos se sienten secos y fríos, y la mirada que me da me reclama, como si estuviera tomando posesión de lo que hice. No devuelvo la sonrisa a Eric. Lo que hice no tenía nada que ver con él.
- Debo mantener mis ojos en ti - añade él. (Veo correr la sangre bajo su oreja hasta su cuello y me siento enfermo)
El miedo crece dentro de mí, en mi pecho y en mi cabeza y en mis manos. Me siento como si la palabra "Divergente" fuera una marca en la frente, y si él me mira el tiempo suficiente, va a ser capaz de leerlo. Pero sólo levanta la mano de mi hombro y sigue caminando.
Cuatro y yo quedamos atrás. Espero hasta que la sala está vacía y la puerta está cerrada antes de mirarlo. Él camina hacia mí.
- Está tu...-comienza él (Empiezo a alcanzar el lado de su cabeza)
- ¡Lo hiciste a propósito! - le grito
- Sí, lo hice - dice en voz baja - Y deberías darme las gracias por ayudarte. (Quiero explicarle lo de Eric y cuánto daño me quiere hacer y a cualquiera que signifique remotamente algo para mí, o como sé de donde viene su fuerza y quería recordarle, pero no me da la oportunidad)
Aprieto los dientes - ¿Gracias? Casi me apuñalas la oreja y pasaste todo el tiempo burlandote de mí ¿Por qué debo darte las gracias? (¿Burlándome? Le frunzo el ceño.)
- ¡Sabes, estoy un poco cansado para esperar a que lo captes!
- Captarlo? ¿Captar qué? ¿Que querías demostrarle a Eric lo duro que eres? ¿Que eres sádico igual que él? (La acusación me hace sentirme frío. ¿Ella piensa que soy como Eric? ¿Piensa que quiero impresionarlo?)
- Yo no soy sádico.(Me acerco a ella y repentinamente me siento nervioso, como si me estuvieran clavando algo en el pecho)- él no grita. Me gustaría que gritara. Eso me asustaría menos. Inclina su cara a la mía, lo que me recuerda a los centímetros de distancia que estaba del ataque de los colmillos del perro en la prueba de aptitud, y dice: Si yo quisiera hacerte daño ¿No crees que ya lo habría hecho? (La tengo lo suficiente cerca para tocarla, pero si ella piensa que soy como Eric, eso nunca sucederá. Por supuesto que piensa que soy como Eric. Acabo de lanzarle cuchillos a su cabeza. Lo he arruinado. Permanentemente. Tengo que salir. Cruzo la sala y,en el último segundo antes de dar un portazo, empujo la punta del cuchillo en la mesa)
Cruza la habitación y golpea la punta de un cuchillo tan fuerte en la mesa que queda parado ahí mirando hacia el techo.
Escucho su grito frustrado desde la esquina, y me detengo, me agacho con mi espalda contra la pared. Antes de que ella llegara, todo lo retenía dentro de mí, y cada mañana, sólo me movía hasta la noche. Pensé en irme, había decidido irme, ser un Sin Facción, después de esta clase de Iniciados estaba terminado. Pero luego, ella llegó aquí y era justo como yo, omitiendo su ropa gris pero sin realmente omitirlo, realmente nunca omitiéndolas por completo, porque esa es la más fuerte armadura que podemos usar.
Y ahora ella me odia y ni siquiera puedo dejar Intrepidez para unirme a los Sin Facción, como lo iba a hacer, porque Eric tiene su ojo puesto en ella, de la misma manera en que tenía su ojo puesto en Amar el año pasado, poco antes de aparecer muerto en el pavimento cerca de las vías del tren. Todos los Divergente terminan muertos excepto yo, por mi golpe de suerte en los resultados en mi prueba de aptitud, y si Eric la está vigilando, es probable que también sea una.
Mis pensamientos regresan a la noche anterior, como tocarla envió un sentimiento de calidez en mi mano y a través del resto de mí, a pesar de que estaba congelado por el miedo. Presiono mis manos contra la cabeza, empujando el recuerdo lejos.
No me puedo ir ahora. Ella me gusta demasiado. Ahí, lo he dicho. Pero no lo diré otra vez"

Tris&Four

"Cuatro se pasea por la multitud de los Iniciados, nos mira a medida que avanzamos a través de los movimientos de nuevo. Cuando se detiene frente a mí, mi interior se retuerce como si alguien me estuviese revolviendo con un tenedor. Me mira, sus ojos recorriendo mi cuerpo desde la cabeza hasta los pies, no persistiendo en ningún lugar, una mirada práctica y científica.
- No tienes mucho músculo - dice - lo que significa que es mejor que uses rodillas y codos. Puedes poner más detrás de ellos.
De pronto presiona una mano en mi estómago. Sus dedos son tan largos que, aunque el talón de su mano toca una parte de mi caja torácica, las yemas de sus dedos tocan la del otro lado. Mi corazón late tan fuerte que mi pecho duele, y lo miro fijamente con los ojos abiertos.
- Nunca te olvides de mantener la tensión aquí - dice en voz baja.

Cuatro saca la mano y sigue caminando. Siento la presión de la palma de su mano, incluso después de que haya desaparecido. Es extraño, pero tengo que parar y respirar unos segundos antes de poder seguir practicando nuevamente."


Tris ♡ Four

"Mis manos me duelen de sostener los peldaños, mis piernas están temblando, pero no estoy segura del por qué. No es la altura lo que me asusta, la altura me hace sentir viva, con energía, cada órgano, vasos sanguíneos y músculos de mi cuerpo cantando en el mismo tono. 
Entonces me doy cuenta de lo que es. Es él. Algo acerca de él me hace sentir cerca de caer. O volverme líquido. O estallar en llamas.
Mis manos casi pierden el siguiente peldaño.
-Ahora dime... - dice él a través de un fuerte respiro- ¿Piensas que la estrategia de aprendizaje tiene que ver con... valentía?
- Te... prepara para actuar - digo finalmente - Aprendes estrategia para que puedas usarla - Escucho su respiración detrás de mí, pesada y rápida - ¿Estás bien, Cuatro?
- ¿Eres humana, Tris? Está tan alto... - él toma una bocanada de aire - ¿No tienes miedo en lo absoluto?
Miro por encima de mi hombro al piso. Si caigo ahora, moriré. Pero no creo que me vaya a caer.
Una ráfaga de aire presiona mi lado izquierdo, lanzando el peso de mi cuerpo a la derecha. Grito y me aferro de los peldaños, desequilibrándome. La mano fría de Cuatro me abraza alrededor de una de mis caderas, uno de sus dedos encuentra un pedazo de piel desnuda justo debajo del borde de mi camiseta. Él aprieta, estabilizándome y empujándome hacia la izquierda, restaurando mi equilibrio.
Ahora no puedo respirar. Hago una pausa, mirando mis manos, mi boca seca. Siento el fantasma de donde su mano estaba, sus dedos largos y estrechos."

T&T

"- Sí, bueno - digo - Dejé Abnegación porque no era lo suficientemente generosa, no importó cuánto lo intenté ser.
-Eso no es del todo cierto - Él me sonríe - Esa chica que me dejó lanzarle cuchillos en lugar de su amigo, que golpeó a mi padre con un cinturón para protegerme... esa chica desinteresada, ¿No eres tú?
Él sabía más de mi misma que yo. Y a penas de que parecía imposible que él pudiera sentir algo por mí, dado que no soy... quizás esto no es cierto. Le frunzo el ceño - Me has estado poniendo mucha atención, ¿eh?
- Me gusta observar a las personas
- Te sacarían a patadas de Sinceridad, Cuatro, porque eres un terrible mentiroso.
Pone su mano en la roca al lado de la mía, sus dedos se entrelazan con los míos. Baja la mirada a nuestras manos. Él tiene largos y delgados dedos. Manos hechas para movimientos finos y hábiles. No con manos de un Osadía, las cuales deberían ser pesadas, resistentes y dispuestas a romper cosas.
- Bien - Inclina su rostro más cerca del mío, sus ojos se enfocan en mi barbilla, y mis labios, y mi nariz―. Te observo porque me gustas ―dijo claramente, con valentía, y sus ojos se encontraron con los míos―. Y no me llames “Cuatro” ¿De acuerdo? Es agradable escuchar decir mi nombre otra vez.
Y así como así, él finalmente se había declarado, y no supe cómo responder. Mis mejillas están ardiendo, y todo lo que pienso en decir es: - Pero tú eres mucho mayor que yo... Tobías.
Me sonríe - Sí, nada menos que dos años de diferencia realmente insuperable, ¿no?
-No estoy tratando de ser crítica - digo - sólo no lo entiendo. Soy muy joven. No soy bonita. Yo...
Él ríe, una profunda risa que suena como si viniera desde muy profundo de él, y toda con sus labios mi sien.
- No lo hagas - digo sin respiración - Tú sabes que no lo soy. No soy fea pero ciertamente no bonita.
- Bien. No eres bonita. ¿Entonces? - Besa mis mejillas - Me gusta cómo te ves. Eres mortalmente inteligente. Eres valiente. Y a pesar de que te enteraste sobre Marcus... - su voz se suaviza - no me has dado esa mirada, como si fuera un perrito pateado o algo así.
- Bueno - digo - no lo eres.
Por un segundo, sus ojos oscuros se encuentran con los míos, y está tranquilo. Luego toca mi rostro y se inclina más cerca, frotando sus labios contra los míos. El río ruge y siento el rocío en mis tobillos. Sonrió y presionó su boca a la mía.
Me tenso al principio, insegura de mí misma, así que cuando él se aparte, estoy segura de que hice algo equivocado o malo. Sin embargo, él toma mi rostro entre sus manos, sus fuertes dedos contra mi piel, y me besa otra vez, firme esta vez, más seguro. Envuelvo un brazo alrededor de él, deslizando mi mano hacia arriba de su cuello y dentro de su cabello corto.
Por un par de minutos nos besamos, en la profundidad del Abismo, con el rugido del agua alrededor de nosotros. Y cuando nos separamos, tomados de la mano, me doy cuenta de que si ambos hubiéramos elegido diferente, podríamos haber terminado haciendo lo mismo, en un lugar seguro, con ropa gris en lugar de negra."



Tris&Four

Tengo que estar en tierra firme de nuevo. Veo un par de manos extendiéndose hacia mí en el borde de la red, así que tomo la primera que alcanzo y tiro de mí a través de ella. Me ruedo, y hubiera caído de bruces sobre el puso de madera si él no me hubiera atrapado.
‘Él’ es el joven sujeto junto a la mano que tomé.
Su labio superior es delgado y el inferior es grueso. Sus ojos son tan profundos que sus pestañas tocan la piel debajo de sus cejas, son color azul verdoso, un soñador, adormilado y anhelante color. Su cabello es castaño con suaves rulos alrededor.
Sus manos sostienen mis brazos, pero me libera un momento después de ponerme de pie de nuevo.
-Gracias –le digo.

Estamos en una plataforma cerca de tres metros y medio por encima del suelo. A nuestro alrededor está una amplia caverna.
-No lo puedo creer –dice una voz atrás de él. Pertenece a una chica de cabello oscuro con tres anillos de plata a través de su ceja derecha. Ella me sonríe. – ¿Una Estirada fue la primera en saltar? Nunca lo había visto.
-Hay una razón por la cual los dejó, Lauren –dice él. Su voz es profunda y retumba. – ¿Cuál es tu nombre?
-Um... - No sé por qué dudo. Pero "Beatrice" sólo ya no suena bien.
-Piensa en ello - dice él con una ligera sonrisa curvando sus labios - No puedes escoger uno de nuevo.
Un nuevo lugar, un nuevo nombre. Puedo rehacerme aquí.
- Tris –le digo con firmeza.
- Tris –repite Lauren, sonriendo. –Haz el anuncio, Cuatro.
El chico, Cuatro, me mira sobre su hombro y grita. – ¡La primera en saltar, Tris!
Ellos aclaman y levantan sus puños, y entonces otra persona cae en la red. Sus gritos la siguen hacia abajo, Christina. Todos ríen, pero acompañan sus risas con más aplausos.

Cuatro pone su mano en mi espalda y dice: Bienvenida a Osadía.




Tris&Four



Peter probablemente haría una fiesta si dejo de respirar
—Bueno —dice Cuatro—, solamente iría si hay torta.

Trav&Pidge


“Fighting, laughing, loving or crying, if it was with him, I was where I wanted to be.”

viernes, 20 de junio de 2014

"You gave me a forever within the numbered days..."

Sr, Van Houten,
Soy una buena persona, pero un pésimo escritor . Usted es una mala persona, pero un buen escritor. Creo que podríamos hacer un buen equipo.
No quiero pedirle un favor, pero si usted tiene el tiempo – y por lo que vi, tiene mucho – por favor termine esto para mí, Es un eulogio a Hazel. Ella me pidió que escribiera una, y estoy intentándolo, solo que simplemente, me vendría bien un poco de ayuda.
La gran verdad es que todos queremos ser recordados, pero Hazel es diferente. Ella conoce la verdad. Hazel no quería un millón de admiradores, sólo quería uno y lo consiguió. Quizás no fue amada completamente.. pero fue amada profundamente y ¿no es que más que la mayoría de nosotros podemos conseguir? 

Cuando Hazel estaba enferma, sabía que me estaba muriendo, pero no quise decirle nada. Ella estaba en el hospital y me cole por 10 minutos… me senté junto a ella cuando me vi envuelto en contemplarla. Tenía los ojos cerrados, la piel pálida, pero sus manos estaban aún  tan cálidas y sus uñas estaban aun pintadas de color negro azul oscuro y yo sólo las sostuve y no pude imaginar un mundo sin nosotros ..que insípido seria . Ella es tan hermosa. Uno no se cansa de mirarla. Nunca te preocupas si ella es más inteligente que tú, porque sabes que ella lo es. Ella es divertida sin ser mala. Yo la amo … Dios, la amo, me siento tan afortunado de amarla, Van Houten. No puedes elegir si van a hacerte daño en este mundo, pero sí puedes elegir quién te lo hace y me gusta mis elecciones. Espero que a ella le gusten las suyas.

Okay, Hazel Grace ?

-Okay

miércoles, 11 de junio de 2014

Hazel&Augustus


"Gus, my love, I cannot tell you how grateful I am for our little infinity. I wouldn't trade it for the world. You gave me a forever within the numbered days and i'm grateful"

TFIOS ♡

"Estoy enamorado de ti, y no me apetece privarme del sencillo placer de decir la verdad. Estoy enamorado de ti y sé que el amor es solo un grito en el vacío, que es inevitable el olvido, que estamos todos condenados y que llegará el día en que todos nuestros esfuerzos volverán al polvo. Y sé que el sol engullirá la única tierra que vamos a tener, y estoy enamorado de ti"

Okay?
Okay.

♥
                        # If i could then i would, i'll go wherever you will go ♫