viernes, 11 de julio de 2014

Divergente

"-Basta
Cuatro da vuelta al cuchillo en su mano, sus dedos se mueven laboriosamente sobre el borde del metal. Él me da una mirada tan dura que siento como si me estuviera convirtiendo en piedra. Sé por qué. Soy una estúpida por hablar mientras que Eric está aquí; soy estúpida por hablar en absoluto. (No quiero que Eric se gire contra ella. La miro fijamente como si eso la va a hacer pensar dos veces. Sé que no lo hará. No soy tan estúpido)
- Cualquier idiota puede pararse frente a un objetivo - le digo - Esto no prueba nada, excepto que nos están intimidando, que, si mal no recuerdo, es un signo de cobardía.
(Brutos de Osadía, bravucones, niños de bajo nivel, eso es lo que somos, bajo los tatuajes y los piercings y la ropa negra. Quizás si soy tan estúpido. Tengo que dejar de pensar en ella de esa manera)
- Entonces, debe ser fácil para ti - dice Eric - si estás dispuesta a tomar su lugar. (Y luego sus ojos se mueven hacia los míos, por un segundo. Es como si él supiera, él sabe que siento algo por ella, así que él me obligará a lanzarle cuchillos. Por un instante, no más que un instante, pienso en lanzarle cuchillos a él, en cambio. Podría darle en el brazo, o en la pierna, sin hacer daño...)
-Ahí va tu cara bonita - murmura Peter - Oh, espera, no tienes una. (Apenas registro el comentario. Estoy muy ocupado observándola)
Puedo recuperar el equilibrio al caminar hacia Al. Él asiente hacia mí. Trato de sonreír alentadora, pero no puedo manejarlo. Estoy parada enfrente del tablero, y mi cabeza ni siquiera llegar al centro del blanco, pero no importa. Miro a los cuchillos de Cuatro: uno en la mano derecha, dos en la mano izquierda. (Se para con su espalda contra el tablero. El tope de su cabeza roza el final del centro del blanco. Así que levanta el mentón y me mira con esa terqueza de Abnegación que conozco tan bien. Quizás los haya abandonado, pero ellos son lo que la mantienen fuerte. No puedo decirle que todo estará bien, no con Eric aquí, pero puedo tratar de hacerla más fuerte)
Mi garganta está seca. Trato de tragar y luego ver a Cuatro. Él nunca es descuidado. Él no me va a golpear. Voy a estar bien.
Levanto el mentón. No me inmuto. Si me acobardo, le pruebo a Eric que no es tan fácil como yo dije que era: pruebo que soy una cobarde.
-Si te acobardas - dice Cuatro, despacio, con cuidado - Al ocupa tu lugar, ¿entendido? (Eric se para un poco muy cerca, golpeando su pie contra el suelo. Tengo que acertar esto. No puedo tirar el cuchillo a la punta del tablero, porque él sabe que puedo darle al centro. Pero un tiro torpe, un centímetro en cualquier dirección, podría herirla. Ahí va tu cara bonita. Pero Peter está en lo correcto, ella no es bonita, esa palabra es muy pequeña. Ella no es como el resto de las chicas que solía mirar, todas con curvas y suavidad. Ella es pequeña, pero fuerte, y sus fuertes ojos demandan atención. Mirarla es como despertar.)
Asiento.
Los ojos de Cuatro todavía están en los míos cuando levanta la mano, pone el codo hacia atrás y tira el cuchillo. Es sólo un instante en el aire, y luego escucho un ruido sordo. El cuchillo se entierra en el tablero, a centímetros de mi mejilla. Cierro los ojos. Gracias a Dios. (Lanzo el cuchillo, manteniendo mis ojos en los de ella. Se pega en el tablero, cerca de su mejilla. Mis manos tiemblan con alivio. Sus ojos se cierran, así que sé que tengo que recordarle de nuevo su desinterés)
- ¿Estás cerca de terminar, Estirada? - pregunta Cuatro (Estirada. Por eso eres fuerte, ¿lo entiendes?)
Recuerdo los ojos de Al y sus tranquilos sollozos por la noche y niego con la cabeza - No. (Ella luce enojada)
- Ojos abiertos, entonces - Él golpea el espacio entre las cejas. (Realmente no necesito tener mis ojos sobre los de ella, pero me siento mejor así. Respiro el olor de polvo, sudor y metal y paso el cuchillo de mi mano izquierda a la derecha. Eric a centímetros más cerca. Mi vista de la habitación se estrecha alreedor de la parte de su cabello, y lanzo cuando exhalo. Escucho a Eric detrás de mí - Ummm - es todo lo que dice.)
Lo miro, presionando mis manos a los costados para que nadie pueda verlas temblar. Él pasa un cuchillo de su mano izquierda a su mano derecha, y no veo nada más que sus ojos mientras el segundo cuchillo da en el blanco sobre mi cabeza. Este está más cerca que el anterior, se siente como se cierne sobre mi cabeza.
- Vamos, Estirada - dice él - Vamos a dejar a alguien más pararse allí y tomarlo.
¿Por qué está tratando de incitarme a renunciar? ¿Quiere que yo falle?
- ¡Cállate,  Cuatro! (Y quiero gritarle que estoy tan frustrado como ella, con un buitre de Sabiduría analizando cada uno de mis movimientos, buscando mis puntos débiles para poder golpearlos tan fuerte como pueda. Escucho ese "Ummm" de nuevo y no estoy seguro si fue Eric o mi imaginación, pero sé que tengo que convencerlo que ella es sólo otra iniciada para mí, y tengo que hacerlo ahora. Tomo una bocanada de aire, y tomo una decisión rápida, mirando la punta de su oreja, el cartílago que sana rápido. El miedo no existe. Mi corazón latiendo, pecho ajustado, y palmas sudorosas no existen. Lanzo el cuchillo y desvío la mirada cuando hace una mueca por el dolor, demasiado aliviado para sentirme mal por herirla. Lo hice.)
Aguanto la respiración mientras él pone el cuchillo por última vez en su mano. Veo un brillo en sus ojos mientras tira el brazo hacia atrás y deja al cuchillo volar. Viene directamente a mí, girando, hoja sobre el mango. Mi cuerpo se pone rígido. Esta vez, cuando llega al blanco, me arde la oreja, y la sangre me hace cosquillas en la piel. Me tocó la oreja. Me cortó.
Y a juzgar por la mirada que me da, lo hizo a propósito.
- Me encantaría quedarme y ver si el resto de ustedes es tan atrevido como ella - dice Eric, su voz suave, pero creo que es suficiente por hoy. (Luego me susurra -Bueno. Eso debería asustarlos, eh-. Pienso, espero, que eso signifique que ya no sospecha de mí)
Me aprieta el hombro. Sus dedos se sienten secos y fríos, y la mirada que me da me reclama, como si estuviera tomando posesión de lo que hice. No devuelvo la sonrisa a Eric. Lo que hice no tenía nada que ver con él.
- Debo mantener mis ojos en ti - añade él. (Veo correr la sangre bajo su oreja hasta su cuello y me siento enfermo)
El miedo crece dentro de mí, en mi pecho y en mi cabeza y en mis manos. Me siento como si la palabra "Divergente" fuera una marca en la frente, y si él me mira el tiempo suficiente, va a ser capaz de leerlo. Pero sólo levanta la mano de mi hombro y sigue caminando.
Cuatro y yo quedamos atrás. Espero hasta que la sala está vacía y la puerta está cerrada antes de mirarlo. Él camina hacia mí.
- Está tu...-comienza él (Empiezo a alcanzar el lado de su cabeza)
- ¡Lo hiciste a propósito! - le grito
- Sí, lo hice - dice en voz baja - Y deberías darme las gracias por ayudarte. (Quiero explicarle lo de Eric y cuánto daño me quiere hacer y a cualquiera que signifique remotamente algo para mí, o como sé de donde viene su fuerza y quería recordarle, pero no me da la oportunidad)
Aprieto los dientes - ¿Gracias? Casi me apuñalas la oreja y pasaste todo el tiempo burlandote de mí ¿Por qué debo darte las gracias? (¿Burlándome? Le frunzo el ceño.)
- ¡Sabes, estoy un poco cansado para esperar a que lo captes!
- Captarlo? ¿Captar qué? ¿Que querías demostrarle a Eric lo duro que eres? ¿Que eres sádico igual que él? (La acusación me hace sentirme frío. ¿Ella piensa que soy como Eric? ¿Piensa que quiero impresionarlo?)
- Yo no soy sádico.(Me acerco a ella y repentinamente me siento nervioso, como si me estuvieran clavando algo en el pecho)- él no grita. Me gustaría que gritara. Eso me asustaría menos. Inclina su cara a la mía, lo que me recuerda a los centímetros de distancia que estaba del ataque de los colmillos del perro en la prueba de aptitud, y dice: Si yo quisiera hacerte daño ¿No crees que ya lo habría hecho? (La tengo lo suficiente cerca para tocarla, pero si ella piensa que soy como Eric, eso nunca sucederá. Por supuesto que piensa que soy como Eric. Acabo de lanzarle cuchillos a su cabeza. Lo he arruinado. Permanentemente. Tengo que salir. Cruzo la sala y,en el último segundo antes de dar un portazo, empujo la punta del cuchillo en la mesa)
Cruza la habitación y golpea la punta de un cuchillo tan fuerte en la mesa que queda parado ahí mirando hacia el techo.
Escucho su grito frustrado desde la esquina, y me detengo, me agacho con mi espalda contra la pared. Antes de que ella llegara, todo lo retenía dentro de mí, y cada mañana, sólo me movía hasta la noche. Pensé en irme, había decidido irme, ser un Sin Facción, después de esta clase de Iniciados estaba terminado. Pero luego, ella llegó aquí y era justo como yo, omitiendo su ropa gris pero sin realmente omitirlo, realmente nunca omitiéndolas por completo, porque esa es la más fuerte armadura que podemos usar.
Y ahora ella me odia y ni siquiera puedo dejar Intrepidez para unirme a los Sin Facción, como lo iba a hacer, porque Eric tiene su ojo puesto en ella, de la misma manera en que tenía su ojo puesto en Amar el año pasado, poco antes de aparecer muerto en el pavimento cerca de las vías del tren. Todos los Divergente terminan muertos excepto yo, por mi golpe de suerte en los resultados en mi prueba de aptitud, y si Eric la está vigilando, es probable que también sea una.
Mis pensamientos regresan a la noche anterior, como tocarla envió un sentimiento de calidez en mi mano y a través del resto de mí, a pesar de que estaba congelado por el miedo. Presiono mis manos contra la cabeza, empujando el recuerdo lejos.
No me puedo ir ahora. Ella me gusta demasiado. Ahí, lo he dicho. Pero no lo diré otra vez"

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